La estrategia utilizada por Argentina para combatir la pandemia por COVID-19 fue la de paralizar todo tipo de actividades, entre ellas, las deportivas. Con el correr de los meses, algunos deportes fueron retornando, sobre todo, aquellos que se juegan a nivel profesional, que generan puestos de trabajo y grandes ingresos. Pero ese no es el caso del hockey sobre patines. Por el contrario. Salvo algunas excepciones, los jugadores de hockey no reciben un salario por su actividad. Por lo tanto, no es un deporte que genere dinero y, como tal, no existe ningún motivo para habilitar su desarrollo y correr el riesgo de propagar el coronavirus. 

Ante este panorama, jugadores, cuerpos técnicos, dirigentes y fanáticos de este deporte apenas guardan en su memoria el Torneo Vendimia, disputado en Mendoza, o el Torneo del Sol, jugado en San Juan. Esas fueron las últimas competencias que se desarrollaron. Los torneos locales apenas completaron la primera fecha, allá por el mes de marzo, momento en que Argentina entró en cuarentena.

No hay más partidos en 2020?

Durante los primeros meses de aislamiento, los jugadores entrenaron a distancia, practicando "tele-entrenamientos". Algunos meses después, y dependiendo el caso de cada lugar, muchos pudieron regresar a las instalaciones de los clubes pero bajo un estricto protocolo. Éste permitía la permanencia de hasta 10 personas en la pista, prohibía el contacto físico y declaraba como clausurados a los vestuarios. Sin embargo, con la curva de contagios muy volátil, estas medidas se han suspendido y vuelto a aplicar de forma repetida. 

Esa es la situación que se vive hasta el día de hoy con el hockey sobre patines en Argentina. Mendoza, San Juan y Buenos Aires están considerando seriamente la realidad de que no se va a competir por el resto de este año 2020. Otras provincias como Entre Ríos o Santa Fé viven un contexto similar y sólo los más utópicos imaginan un torneo amistoso en el mes de diciembre. 

Éxodo a Europa

Dadas las circunstancias, con un deporte con pocas chances de competencia durante este año y una situación económica apremiante, muchísimos jugadores han decidido emigrar a Europa para no perder competitividad desde lo personal, lo profesional y lo deportivo. Tal es el caso de Pablo Sáez, Germán Nacevich, Francisco Nardi, Gino Passarini, Enzo Imberti, Agustina Fernández, entre otros mendocinos. Mientras que Nicolás Ojeda, Matías Silleros, Federico Balmaceda, Bautista Acevedo y Nicolás Gutiérrez son los ejemplos de los sanjuaninos que tomaron igual destino.