Así conocemos los argentinos a Francisco "Panchito" Velázquez. Su habilidad, destreza y calidad lo hacen grande entre los grandes. Esta es una charla a pleno con el Maradona del hockey sobre patines.
24.12.2020
Ante todo, humilde. Él sabe que fue un grande, que conquistó los corazones de propios y ajenos. Pero también sabe de dónde salió. Sabe que a la gente le debe mucho, y de ella no se olvida. Por eso se presta para una rica charla que tendrá, como único objetivo, que los lectores disfruten y recuerden el talento del delantero argentino.
La muerte de Diego Armando Maradona es parte del contexto en que se da esta conversación, por eso, recordamos el apodo que el Panchito ha recibido durante su carrera, ser el Maradona del hockey: "Eso me pone la vara alta. Es el adjetivo más fuerte que le pueden decir a un deportista. Uno que ha estado en Europa, sabe el significado de él. Es el mejor halago que te pueden hacer". Sin embargo, el jugador recuerda que no tuvo la oportunidad de conocerlo: "Cuando yo fui para Barcelona, en 1992, él ya estaba volviendo", aclara.
El gol menos pensado
Panchito fue campeón del mundo en Recife, 1995, y disputó varios mundiales. Sin embargo, en 2001 la cita fue en su casa, en la provincia de San Juan. Allí, Argentina acarició el título, aunque perdió con españa, por penales, en la final. Sin embargo, la gran hazaña de Velázquez fue haber marcado el 3 a 2 en las semifinales ante Portugal: "En alargue, faltaban 2 minutos para que terminara el partido. Estaba duro el partido", recuerda. Además, confiesa que ir a la definición por penales no era una buena opción ante ese equipo. "Portugal tenía buenos tiradores, había que evitar ir a los penales". Por eso, vistiéndose de héroe, Velázquez hizo una jugada monumental: "Lo hice una sola vez en mi vida, y no lo hice nunca más. Eso se lo vi hacer, en el 93, a un jugador en Suiza, y no le salió. Y en el partido me acordé, lo mandó Dios".
La jugada consistió en salir detrás del arco contrario, levantar la bocha y rematarla en el aire, por el palo del arquero. "En ese tiempo, vos levantabas la bocha, y se permitía que el jugador que defendía te pusiera un palazo, porque no era penalizado. Entonces yo levanto la pelota, y cuando viene el palo del defensor, la vuelvo a levantar, él se queda sorprendido y el arquero también, así que me dejaron el primer palo y la metí".
Su paso por Barcelona
"Deportivamente, fue espectacular. En Barcelona eran de educarte en lo que era el Fútbol Club Barcelona", recuerda Panchito, en torno a la disciplina que pregonaba el club blaugrana. "Yo firmé un contrato de 3 años, cuando tenía 21 años de edad. Pero tuvimos una discusión por el contrato". No fue más que un malentendido, pero eso le costó su salida del Club.
Sin embargo, de su estadía en Barcelona, Panchito recuerda algunas anécdotas: "Me hicieron multas por cosas que no entendía. Ganamos la Intercontinental contra el equipo donde jugaba mi hermano, al terminar el partido quisimos cambiar la camiseta y me pusieron una multa". Además, el sanjuanino no cantaba el himno del equipo: "Yo el himno del Barcelona no me lo sabía y también me quisieron poner una multa por eso, aunque esa me la perdonaron":
Jugador de fúbtol
Velázquez es de esas personas que se destacan en cualquier deporte. "Hasta los 14 años yo jugaba fútbol y hockey. Siempre me gustó el fútbol". Pero se decidió por el hockey porque "estuve 17 años en Europa, a los 18 jugué un Mundial y a los 20 fui campeón del mundo", sentencia. Pero después de lo que pasó con el contrato con Barcelona, Panchito se quedó sin jugar durante algunos meses, entonces decidió volver a su San Juan natal para saldar la cuenta pendiente de jugar al fútbol profesional.
"Hablé con el presidente de San Martín de San Juan y me dijo que, si el entrenador me dejaba jugar, viniera. Pero él me dijo que no tenía nada que hacer acá, que podía ser un problema en el vestuario. Pero yo le pedí una oportunidad. Entonces me dijo que empezara en la Liga Sanjuanina. Ahí jugaba y estaba bien, con buena preparación. En un partido entré desde el banco e hice el gol de la victoria. Ahí me pasaron al plantel superior, del Nacional B", es decir, la segunda categoría del fútbol argentino.
Panchito continuó su carrera como futbolista, pero sólo durante un puñado de meses. "Yo andaba bien. Luego hicimos la pretemporada, llegó el mes de febrero, y nos tocaba debutar. Pero en la última práctica antes del partido, me rompí los ligamentos. Incluso, ya tenía todo arreglado para irme a jugar al Tenerife".
Velázquez se operó, no quedó bien, y el hockey lo salvó. "Me operé en Mendoza, pero no me drenó bien la rodilla. Quedé rengo. Hice la rehabilitación, pero me dolía mucho. Yo en julio volví a la pretemporada de invierno con San Martín, traté de disimularlo, empecé forzar el músculo, y me hice más daño. Entonces me volví a poner los patines, ahí sufría menos el impacto. Ahí apareció lo del Benfica, lo que fue la gloria deportiva y médica".
Estuvo desde junio de 1997 hasta octubre de 1999 sin ponerse los patines. Sin embargo, lo bueno, es bueno para siempre. "El 1 de enero me presenté en el Club. Trataba de disimular el problema de rodilla, aunque algo se notaba. Sin embargo, el equipo no estaba bien en lo deportivo, y como era un club muy grande, necesitaban resurgir. Me hicieron hacer un entrenamiento y me vieron muy bien, más allá de mi dificultad en la rodilla, por eso quedé. Jugamos 37 partidos, ganamos 35, empatamos uno y perdimos uno" recuerda Velázquez, quien confiesa que su llegada al club fue fundamental para mantenerse en la categoría e, incluso, clasificar a los grandes torneos.
Sin embargo, su problema de rodilla era cada vez más notorio. "Yo decía que la moda en Argentina era jugar con calzas, pero era mentira, yo las calzas me las ponía para disimular la venda que me colocaba en el muslo, y así equiparaba el grosor de las piernas".
Hasta que un día, el médico del club lo fue a visitar. "Antes de un partido clave para clasificar al Final Four, me traen a Antonio Martín, el médico de fútbol. Cuando me vio, me dijo que jugara el partido decisivo ante Oporto, pero después me operaba. Yo pensaba que tal vez no iba a jugar más después de ese partido. Ganamos 7 a 4, hice un gol un poco maradoniano, me metí gambeteando entre todos e hice un golazo. Ganamos y nos metimos en el Final Four" y el hockista se metió en el quirófano. Así logró jugar algunos años más, hasta su retiro. Esto ha sido un repaso de la vasta trayectoria de Francisco Velázquez en el hockey sobre patines.
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