Son ya tres temporadas las que Edu Catro tiene a su cargo el FC Barcelona. El conoce el ADN blaugrana hasta en su más mínimo detalle.
25.09.2020
Agregando que arribó hasta el representativo barcelonés en 2005 para hacerse cargo del equipo junior, y posteriormente asumir como segundo técnico y secretario técnico del primer equipo, totaliza quince años en el que es considerado el gran equipo del hockey patín mundial.
Edu Castro, ¿cuáles son sus sensaciones en este retorno tras la pandemia, y qué mejor que con el título en la Liga Catalana?
Las sensaciones son muy buenas. Parece que hemos retomado el juego, más o menos, allí donde lo habíamos dejado. Nos hemos encontrado bien compitiendo, creciendo a medida que avanzaba la competición. Ha sido una pretemporada muy deseada, por el tiempo que llevábamos parados, y la calificamos como muy positiva. La guinda ha sido el título de Lliga Catalana.
En la Liga Catalana se vio a un FC Barcelona muy afiatado y muy bien en lo físico, ¿cómo influye el trabajo realizado en Andorra en el buen rendimiento que se le vio en la Liga?
El Stage sirve para múltiples facetas. Siempre comentamos que en esta fase el trabajo del preparador físico, Dani Fernández, es aún más fundamental que lo que ya es durante la temporada. En Andorra pudimos ensayar muchas de las cosas que queremos mantener y algunas nuevas pero, como bien dices, el físico ha sido primordial para mantener siempre un ritmo de juego alto, incluso a estas alturas.
En la reciente Liga Catalana se probó con bajar el tiempo de posesión de la pelota de 45 a 35 segundos. ¿Cuál es su evaluación al respecto?
Muy positiva. Creo que se vieron partidos interesantes y es una medida a tener muy en cuenta para dotar de mayor espectacularidad a nuestro deporte, ya rápido de por sí, pero estos diez segundos menos de elaboración pueden aportar mayor vistosidad, sin duda.
A su juicio, ¿qué es lo que está predominando en el hockey europeo hoy, en cuanto a técnica y táctica? ¿Por dónde está evolucionando?
Predomina la intención, sacralizándola incluso, de fomentar el uno contra uno. Todos coincidimos en eso. Donde ya hay disparidad de criterios es en cómo se llega a esas situaciones de desborde individual. Es un debate interesante, sobre todo teniendo en cuenta que los modelos de juego de la alta competición sirven de espejo a los jugadores en formación. Personalmente, creo que se debería utilizar más el pase y menos la conducción como fundamentos generadores de imprevisibilidad.
En función de que hoy en los equipos europeos hay jugadores de variadas nacionalidades, ¿cómo cree que inciden las diferentes Escuelas de Hockey en la competencia?
La variedad es riqueza. La posibilidad de tener jugadores formados en otras culturas deportivas es un activo que debería incidir positivamente en las escuelas de formación. Me consta que muchos de ellos están muy interesados en adquirir capacidades como formadores y eso, a medio plazo, será muy positivo. Otra cosa es dónde vayan a ejercer. Sea en su país de residencia o de origen seguro que su aprendizaje será beneficioso en el futuro.
Finalmente, de cara a la Liga Europea y entendiendo que estos meses han sido de estudio, aprendizaje y capacitación con intercambio de ideas entre técnicos, ¿cómo cree que influirá todo eso en el torneo?
La situación es tan incierta que no sé cómo transcurrirá la temporada en general y la Liga Europea en particular. Es cierto que hemos podido estudiar, compartir y conectarnos durante meses. En eso creo que el mundo del hockey ha aprovechado bien este confinamiento mundial. Nunca habíamos interactuado tanto. Ha habido iniciativas muy interesantes y ahora nos conocemos todos un poco más y mejor. Ojalá no perdamos esta conexión y, a la vez, se pueda competir en condiciones lo más parecidas posibles al pasado. De nosotros depende lo primero, quién sabe cómo evolucionará lo segundo.
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