Adolfo Isoler perdió la visión de un ojo, en 2018. Pero su talento y su esfuerzo siguen intactos. Hoy es uno de los fichajes del CP Roubaix.
01.08.2023
Adolfo Isoler tiene 28 años y, en estos días, se está despidiendo de sus afectos en Argentina, para viajar a Francia, a sumarse a la plantilla del CP Roubaix. Es algo que, en 2018, le parecía imposible, tras perder la visión de un ojo, jugando para el CL Murialdo, de Mendoza. "En un partido de Liga Nacional, en semifinales, ante Talleres, recuperé una bola desde atrás, cuando el otro jugador iba a rematar, y me dio con su stick en el rostro", recuerda la jugada.
Sobreponerse a las adversidades
"Sufrí la pérdida de la visión y desprendimiento de retina. No pude volver a recuperar la visión, quedé con el ojo ciego. Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue preguntarme si podía seguir jugando. Pero, gracias al apoyo de mi familia y de mis amigos, pude volver a jugar. En un principio no lo pensaba, pero después vi lo que fui logrando". Isoler volvió a subirse a los patines y comprobó que su talento y temperamento no habían cambiado.
Por eso, "es un orgullo tener estas experiencias en Europa. Creo que siempre en la vida pasan cosas que uno no se imagina que pueden suceder, pero hay que aceptarlas y seguir hacia adelante. De todo eso se aprende y se sacan cosas positivas. Nunca hay que rendirse".
La segunda vez en Europa
Tras el accidente, el "Búfalo" volvió a jugar en el Murialdo, y a recuperar su nivel. Eso lo llevó a Portugal, donde jugó en Oeiras, de la segunda división. "Fue una muy linda experiencia, un hermoso grupo. Casi cumplimos el objetivo de ascender, pero quedamos cerca. Tenía posibilidad de seguir jugando, pero decidí volver a Argentina, porque quería terminar mi carrera en la Universidad, de Licenciado en Kinesiología".
Sin embargo, en ese viaje tuvo un primer acercamiento al equipo francés: "Yo había conocido el club en 2021, y también conozco a muchos de los jugadores del plantel, porque compartimos equipo en Murialdo, como Mauro Miranda, Gino Celsi o Franco Espinasse. Es una liga muy competitiva. Me atrae mucho que mis compañeros sean argentinos. Es lo que estaba buscando, continuar mi carrera en el exterior", explica, contento con la idea de compartir vestuario con amigos.
Llega a Francia luego de una temporada en la que compitió a nivel deportivo, pero más lo hizo a nivel profesional: "En lo individual estoy muy bien. Estos últimos meses estuve con la cabeza más metida en el estudio y he dejado un poco lo deportivo, aunque he seguido yendo a entrenar y con el objetivo de poder hacer las dos cosas. Ahora hace un mes que obtuve el título, así que ya estoy metido con el hockey".
Sobre el hecho de estudiar, trabajar y practicar hockey, destacó: "Es difícil, pero se puede. Es cuestión de organizarse y poner voluntad".
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